Es difícil discernir unos criterios de diversión. Por mi parte no hay duda que es una cosa muy personal.
Desde mi punto de vista, el principal atractivo del VGA Planets es la incertidumbre que genera competir con diversos "individuos" de diferentes culturas y modos de pensar con lo que la continua interacción con ellos lo calificaría como un requisito fundamental.
Tomando como punto de partida este enfoque, me atrevería a calificar como primordial el hecho de minimizar el número de alianzas al mínimo necesario y baremar los aspectos económicos sólo como un mero instrumento para potenciar los aspectos ofensivos y de estrategia.
Ahora bien, seguramente, algunos jugadores, su principal objetivo es ganar en puntuación e intentarán optimizar su economía, su número de planetas, bases, naves, etc. y la interacción con el resto de usuarios se limitará a un intercambio de cosas y las batallas vendrán cuando un vecino deja de jugar y hay que hacerse lo antes posible con su territorio. Pues bien, desde mi punto de vista, para jugar así, lo único que hace falta es mandar unos correillos al principio de la partida y después usar un optimizador de recursos, que hay muchos y buenos.
Por otro lado, no cabe duda que ganar es lo más bonito, pero ... ¿a costa de qué precio? Desde luego mi precio no es sacrificar la estrategia, ni las traiciones, ni las luchas por el poder. Pero esto no deja de ser mi opinión, es la opinión de lo que yo busco en el planets y lo que el planets me da. Por supuesto que habrá otros usuarios que les gusten otras cosas del juego que yo podré o no compartir, pero ahí están.
Si ahora me pusiera nostálgico e hiciese una recapitulación de mis partidas más excitantes, no tendría duda de calificar aquella partida en la que jugué sin ninguna alianza con los lagartos, en la que hubo momentos al principio de la partida en que el klingon consiguió ponerme entre las cuerdas, con el imperio tuve una lucha sin cuartel durante toda la partida, en la que al rebelde le barrí del mapa y en la que al final luché por conservar mi segunda posición contra el pájaro que ganó gracias a que hasta los últimos turnos mantuvo su imperio sin luchas y sólo al final pude entablar luchas con él y debilitarle un poco.
En contraposición, la partida más aburrida que he jugado ha sido una en la que desde el comienzo hemos empezado con una alianza de cinco jugadores y no solo eso sino que varios de estos aliados tenían a su vez alianzas con otros jugadores y todo fue una historia muy bonita digna de Walt Disney. Para colmo, media flota fue requisada por los aliados para su mejor gloria, sin ninguna contraprestación, además de bases y ayuda incondicional. Desde luego, en esta partida me he sentido cohibido y no la repetiría.
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